Karel Zeman (Oströmer, 1910- Praga, 1989) fue un pionero en el campo de la animación gracias a sus aportaciones técnicas y a su capacidad para expresar emociones e ideas a través de una compacta obra. Tanto por su filosofia solidaria como por su aportación al lenguaje fílmico, el realizador checo, más que un artista socialista al servicio de un ideario, debe ser analizado como un visionario, un creador de universos. Filmes como 'Un invento diabólico' o 'El baron fantástico', de una poética inabarcable, son la exacta plasmación de la fantasía que atribuimos a la mirada infantil y que a menudo se escinde en la edad adulta. El cine de Zeman procura que ese parnaso de marionetas, inventos 'vernianos' y personajes fabulosos perviva a voluntad. (via) por Luis Rueda.
The Special Effects of Karel Zeman : PART 1
The Special Effects of Karel Zeman : PART 2
Los comienzos de Karel Zeman en el mundo de la animación se remontan a su época como diseñador y dibujante de publicidad en los talleres de la empresa Bata en Zlín (la actual Gottwaldow). La presencia de un grupo de animadores en dichos estudios hizo que Zeman resucitara su vieja pasión por el teatro de marionetas y su aplicación al cine. Tras aprender el oficio de animador, fogueándose como ayudante en proyectos diversos, en 1946 dirigió su primer cortometraje, El sueño de Navidad (Vanocni Sen). El filme, que lograría un premio en el festival de Cannes, retrataba la ensoñación de una niña. Vrtilek, una marioneta animada, trataba de captar la atención de la pequeña y ganar su simpatía en una serie de situaciones humorísticas y grotescas.
The Christmas Dream (1946)
El cortometraje, de gran impacto en su país instauró una saga en la que se potenciaron los scketches humorísticos con el esperanzador y simpático Vrliteck como máxima estrella. El personaje, más conocido como Sr. Prokuok fue el protagonista absoluto en posteriores trabajos como El señor Prokouk en la oficina (Pan Prokouk Uraduje, 1946), El señor Prokouk se alista en el trabajo voluntario (Pan Prokouk jede na Brigadu, 1947), El Señor Prokouk en la tentación (Pan Prokouk V Pokuseni, 1947) y hasta un total de cinco historias protagonizadas por el personaje de gran nariz y ojillos vivaces. La saga incide en un discurso moralizante y pone especial énfasis en el trabajo creativo y las buenas costumbres sociales. La debilidad de Zeman por el personaje le llevó a retomarlo en proyectos futuros como El señor Prokouk detective (Pan Prokouk Detektivem, 1957), El Sr. Prokouk acróbata (Pan Prokouk Akrobatem, 1959), y otros títulos.
"Mr Prokouk" : Episode 1
Mr Prokouk : Episode 2
Mr Prokouk : Episode 3
Mr Prokouk : Episode 4
Entre esas dos etapas con el Sr. Prokouk como protagonista, apareció el Zeman más inconformista y experimental, como prueba el filme Inspiración (Inspirace, 1949). El realizador creó para su nuevo proyecto una ballet protagonizado por las figuras de cristal hinchado Colombina y Arlequín, que aún hoy es reconocido como uno de los trabajos más bellos de la historia de la animación. El resultado, de una magia extraordinaria, reflejaba un mundo frágil, de entorno cristalino, en el que se puso de manifiesto la capacidad experimental del realizador y su interés por la diversidad de materiales a la hora de insuflar vida cinematográfica a objetos inanimados.
Inspiración (1949)
Su siguiente trabajo en el mundo del cortometraje llegó con el referencial El rey Lavra (En Kral Lavra, 1950) adaptación del poema homónimo de de K. H Borovsky. Para la ocasión, Zeman, recurrió a un estilo mucho más dinámico y a la busqueda de una mayor dramatización, voluntad que explica el arduo trabajo de caracterización de los muñecos para el filme, un cualidad más común en un animador detallista como Yuri Trnka(1). Zeman elaboraba su puesta en escena con un dinamismo ejemplar, priorizando las situaciones a la sutilidad de los decorados, y mediante esta tendencia a la desnudez formal (claramente deudora de la puesta en escena del arte de las marionetas) el realizador focalizaba la atención del espectador creando una gran atmósfera de abstracción. La combinación entre su lenguaje directo y su preciosismo conceptual (en esa época alejado de barroquismos innecesarios) le convertían en un animador único, adelantado a las modas de su tiempo.
King Lavra PART 1
King Lavra PART 2
King Lavra PART 3
La combinación entre el cuento de hadas tradicional y el gag cómico fueron sus principales recursos narrativos. La utilización de la luz para crear contrastes dramáticos, cierto minimalismo escenográfico, y la brevedad de las situaciones convirtieron, en aquella época, trabajos como El rey Lavra o El tesoro de la isla del pájaro (Poklad Pataciho Ostrova, 1952) en obras absolutamente imprescindibles para todo aquel que se interesara por la animación, bien como espectador o como profesional de lo que con los años sería conocido como técnica stop motion (es decir, de animación fotograma a fotograma).
Con El tesoro de la isla del pájaro, Zeman, adaptó una vieja leyenda persa. En ella se nos explica como los habitantes de una isla, tras hallar un magnífico tesoro, están a punto de morir de inanición. Los nativos han dejado de trabajar la tierra al saberse ricos y eso les conduce a la perdición y la infelicidad. La llegada inesperada a la isla de un pirata que les roba sus posesiones, les hace volver al trabajo y les devuleve la armonía y al amor por la tierra. Más allá del evidente mensaje anticapitalista del relato (la elección de la fábula no podía encajar mejor en el contexto de la guerra fría que vivía por aquella época Europa del Este), estamos ante otro de esos trabajos en que la inquietud creativa de Karel Zeman persigue lenguajes y caminos diferentes. El filme buscó inspiración estética en los grabados persas e intentó, en todo momento, integrar marionetas y decorados en un todo armónico. Zeman puso especial énfasis en el carácter ornamental del plano e incluso llegó a ribetear de arabescos las partes superior e inferior del campo. El filme adquiere una importancia capital en la obra del realizador ya que por vez primera utiliza marionetas en medio-relieve y fondos dibujados.
Los premios y galardones dentro de las fronteras checoslovacas dejaron entrever un inevitable futuro reconocimiento al talento de Zeman más allá del telón de acero (no olvidemos que estamos ante un creador que fue laureado prácticamente por todas y cada una de sus obras). El reconocimiento internacional llegaría pronto, pero para ello el director debería dar un paso esencial en su carrera, abandonar el formato del cortometraje y dirigir su primer largo.
Bird Island
Con Viaje a la prehistoria (Cesta Do Praveku, 1954), su primer largometraje, el realizador checo consiguió uno de sus mejores resultados formales. La combinación entre las técnicas de trucaje y el excelente dinamismo de Zeman tras la cámara lograron una obra compacta, de enorme belleza y singular proporción estética. La cinta relata el extraordinario viaje de cuatro jóvenes por el río del tiempo. Al remontar sus aguas los protagonistas se introducen en diferentes paisajes que representan etapas de la prehistória como el paleozoico.
Zeman llegó a animar más de treinta figuras que representaban diferentes especies hoy extintas: mamuts, brontasaurios, reptiles voladores son mostrados en el filme con una obsesión por el detalle que aún, hoy, a un lustro del estreno del filme (y en plena era digital) nos sigue fascinando. Con un trabajo de movimiento de las figuras realista y lleno de rigor científico que se desmarcaba de las criaturas fantásticas animadas por el gran Ray Harryhaussen (maestro norteamericano en el arte de la animación), Zeman buscó en todo momento aportar verosimilitud a sus muñecos prestando escrupulosa atención a las proporciones, tamaños en perspectiva e iluminación.”Intenté sólo imitar la realidad, labor en la que tuve que contar, necesaria y principalmente, con los hallazgos de los científicos, quienes, al conservar fósiles de la ya extinta fauna, conforme a los más importantes estratos terrestres, describen con mayor o menor exactitud, dicha realidad”, declaró Zeman.
El realizador combinó la plástica obtenida de los elementos naturales y la exposición de sus trucajes (en un ardid de auténtico orfebre) con sabios apuntes académicos que eran incorporados al filme mediante ilustraciones científicas, grabados decimonónicos e infantiles dibujos que buscan la empatía del público más menudo. Todo y con ello, la visión romántica del realizador hizo que su ficticio viaje iniciático se viera aislado de cualquier atisbo de contemporaneidad (los niños jamás regresan a sus casas), y el viaje por el río finalizaba en la inmensidad del oceáno (el principio de la vida y el final del recorrido), en una práctica lección de ciencias naturales que ante todo buscaba la praxis del naturalismo darwiniano en un valiente envoltorio de cine fantástico. Didactismo, emoción y aventura son los términos mas adecuados para describir un filme como Viaje a la prehistoria, un trabajo que a juicio del prestigioso crítico de la época W. E. Sintow “(…) debería ser mostrado en todas las escuelas del mundo”. La excepcionalidad artística y argumental del filme, procuró una gran acogida en festivales internacionales como Venecia (1955), Edimburgo (1955), Mannheim (1956) o Moscú (1957).
Journey To The Beginning Of Time - Pt 1
Journey To The Beginning Of Time - Pt 2
Journey To The Beginning Of Time - Pt 3 (El resto en youtube...)
Tras Viaje a la Prehistoria, Karel Zeman llevó a cabo uno de sus viejos sueños: adaptar cinematográficamente una novela de Julio Verne. La obra del escritor de Nimes (Francia) había sido llevado con óptimos resultados a la gran pantalla por George Méliès en filmes como Viaje a la luna. Para Zeman la sofisticada ingenuidad que Méliès procuró a estos filmes, se convirtió en un elemento estético referencial a la hora de trasladar en imágenes el decimonónico universo verniano. El autor tomó prestada la línea argumental de la novela de Verne Face au drapeu para la realización de Un invento diabólico (Vynalez Zkazy, 1958). El filme giraba en torno a un importante avance científico que caía en manos de un criminal (el Conde Artigas), personaje maquiavélico que se propone dominar el mundo mediante métodos bélicos. El ayudante del científico, Simon Hart, intenta advertir a su mentor del engaño de Artigas y su ejército de piratas para abortar sus funestos planes con la ayuda estimable de una joven náufraga de nombre Jana.
"Fantastic World of Jules Verne" (1958) Trailer
El realizador utilizó la técnica del esgrafiado en todos los elementos del filme (decorados, trajes, ambientación, etc…) logarando un acabado en pantalla muy similar al de una plancha de acero grabado. La película combina actores reales, marionetas y animación, así como decorados planos con perspectova distorsionada (algo muy evidente en las imágenes submarinas). Esa síntesis, plasmada en blanco y negro, procura una mixtura homogénea entre todos los elementos cuyo resultado es francamente impactante. Los personajes del filme son dispuestos en el plano como marionetas para no romper la homogeneidad del conjunto, el resultado obtenido por Zeman es un universo irreal que porfía la profundidad de campo, escasa, al ángulo de cámara.
El realizador consiguió con su ilusionismo fílmico, una poderosa plasmación de los grabados que Riou y Bennet crearon para los libros de Verne a la vez que todo un homenaje a su estimado Méliès: “Estaba fascinado por Méliès, el qual fue el que, en el comienzos del cinematógrafo, creó el principio por el que las cosas extraordinarias pueden ser expresadas”. (Zeman).
El filme, además de rendir homenaje al futurismo y la era industrial de principios de siglo XX con grandes dosis de inventiva (el realizador muestra especial fijación por las máquinas voladoras, los submarinos, los hombres buzo, la telefonía o la electricidad), también rinde tributo a los orígenes del cine: como muestra la escena en que el funcionamiento de un prototipo de proyector (inspirado en el Kinetoscópio) centra unas escenas llenas de primitivismo que disocian el espacio-tiempo en un filme que, ya de por sí, sugiere un diégesis poco menos que de caprichoso sueño art noveau.
Especialmente magníficas resultán los pasajes submarinos del filme, de bellísima concepción y fascinante geometría, algo que no debió pasar por alto un cineasta como Richard Fleisher a la hora de elaborar su estupenda adaptación fílmica de otra importante novela de Verne, Veinte mil leguas de viaje submarino. El filme de Fleisher, producido por la factoría Disney, no sería el único que revisitaría la estupenda coreografía plástica creada por Zeman para Un invento diabólico. Filmes de animación relativamente recientes como El castillo en el cielo (Tenkû no shiro Rapyuta, 1986) de Hayao Miyazaki o Steamboy (Tenkû no shiro Rapyuta, 2004 ) de Katsuhiro Otomo también han sabido captar con renovada inventiva algunas de las constantes del universo del mago de Gottwaldow.
Entre los muchos galardones que logró el filme cabe destacar el “Grand Prix”, de Bruselas (1958), y el Gran Premio Internacional de la Academia Francesa del Cine (1959).
Vynález zkázy (Karel Zeman, 1958) 1/8
Vynález zkázy (Karel Zeman, 1958) 2/8
Vynález zkázy (Karel Zeman, 1958) 3/8
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Vynález zkázy (Karel Zeman, 1958) 6/8
Vynález zkázy (Karel Zeman, 1958) 7/8
Vynález zkázy (Karel Zeman, 1958) 8/8
Tras aparcar su proyecto cinematográfico sobre Los Robinsones del espacio, dado que los avances en materia espacial del momento ensombrecían la condición fantástica de la propuesta, Zeman escogió la figura del barón Karl Münchausen para su siguiente proyecto. El barón fantástico(Baron Prasil, 1961) es una muy libre adaptación de la novela de Rudolf Erich Raspe publicada en 1876, que ya conoció una fastuosa adaptación producida por los estudios alemanes UFA, Las aventuras del barón Munchhausen (Munchhausen, Josef von Baky, 1943)[2].
El filme de Zeman se centra en la figura de un astronauta que aterriza en la luna (Toník) y tras un desvanecimiento cae víctima de una ensoñación. En su particular alucinación, el viajero estelar se encuentra con míticos visitantes de la luna como Cyrano de Bergerac, Nicholas, Barbican y Michael Ardan (personajes de la novela de Verne Viaje a la luna) y el barón Munchhausen. La historia adquiere dos niveles: las aventuras del barón, donde no faltan episodios míticos como el vuelo en una bala de cañón o la aventura dentro de la ballena, y las reacciones del hombre moderno (el astronauta Toník) fascinado por las nuevas tecnologías.
Toník llega a comparar, en una muestra de erudición contemporánea, las aventuras de Munchhausen con las nuevas tecnologías, y tras su exposición es tildado de mentiroso por el propio barón (cuya fama al respecto es de todos conocida). La contraposición de ambos personajes, uno literario como Munchhausen y el “selenita” Toník, más próximo al aventurero real de mediados del siglo XX, supone todo un acierto.
Baron Prásil (1961) Intro
Baron Prášil (Karel Zeman, 1961) Širák odhazuji v dál
Baron Prášil (Karel Zeman, 1961) Dělová koule
Zeman utilizó para el filme la técnica del trucaje partiendo de las ilustraciones de Gustav Dobry y recurrió al color para resalzar los instantes dramáticos de la cinta. La particularidad de El barón fantástico dentro de la filmografía de Zeman estriba en su elaborado trabajo con los actores. Sabida es la delimitación espacial y de movimiento a la que somete a sus protagonistas un rodaje de concepción tan milimétrica como es la realización de un filme animado (véase, en la actualidad, el escrupuloso método de rodaje de aquellos filmes que utilizan el croma key “pantalla azul”, y la desnaturalización que ello provoca en el trabajo actoral [3]). Superar ese escollo fue la principal fijación de Zeman desde que rodara El invento diabólico, por ello, era primordial contar con buenos actores como Milos Kopecký (Munchhausen) para el nuevo proyecto. La rivalidad entre Toník y Munchhausen por conquistar el corazón de la princesa Bianca (aparecida en un pasaje de sus aventuras por Constantinopla), potenció ese trabajo actoral en busca de una prestancia dramática de mayor intensidad. El trabajo de guión buscaba relativizar el inevitable encorsetamiento al que obligaba la concepción artística del filme
La cinta se desmarcó del mecanicismo visual de El invento diabólico y se centró en escenificar coreografías que perseguían en todo momento la naturalidad del movimiento y un hálito más evocador. El filme, de un barroquismo más integrador (y catalizador de una escenografía menos radical) obtendría unas proporciones visuales poco menos que deliciosas. Sin duda, El barón fantástico es el trabajo más poético y estilizado de Karel Zeman, y la clave de su enorme éxito fue priorizar el impacto emocional por encima del virtuosismo técnico (por otro lado, tan presente como en cualquiera de sus obras).
Baron Prášil (Karel Zeman, 1961) Jízda pod vodou
Baron Prášil (Karel Zeman, 1961) Sultán
Con Cuento de un bufón (Blaznova Kronika, 1964) Zeman escribió su primer guión original no adaptado. Las aventuras de Petr, joven soldado de origen popular, y un viejo compañero de convicciones pro-belicas durante la guerra de los Treinta Años centran el hilo argumental del filme. La película busca un tono picaresco que, a la sazón, denuncia lo absurdo de la contienda, especialmente mediante el fogoso personaje Petr. Como podemos observar es muy común en la obra de Zeman un dúo protagonista conformado por un joven y un mentor: Thomas y Simon (El invento diabólico) o la pareja Toník y Munchausen (El barón fantástico) son algunos ejemplos. En Cuento de un bufón siguió insistiendo en su idea de buscar una mayor dramatización, relegando la síntesis de técnicas y trucajes a un segundo plano. La intención de Zeman era apartarse progresivamente de la condición feérica de filmes como Un invento diabólico y buscar nuevos caminos expresivos. Un ejemplo de esto último lo hallamos en la famosa secuencia en que el choque de dos unidades enemigas se convierte en una batalla entre los emblemas animados y las banderas, aplicando la técnica a un terreno mucho más metafórico o, si se quiere, buscando un refuerzo del discurso simbólico mediante el proceso de animación.
Por otro lado, cabe señalar el fuerte contenido humanista del filme, su carga antibelicista es una constante en la obra del realizador, un hombre de férreas convicciones al respecto. Cuento de un bufón ha dejado impronta tanto por su tono de relato picaresco como por su memorable utilización del dibujo animado incluso en cinematografías como la japonesa, buen ejemplo de ello es el irreverente artilugio filmico rodado por Ichi Ikawa, autor de El arpa birmana, en 1978, y me refiero a el impagable filme Fénix (Hi no tori).
Eso por no citar al genial director Terry Gilliam cuyos filmes Los héroes del tiempo (Time bandits, 1981) y Las aventuras del barón Munchhausen (The adventures of Baron Munchhausen, 1988), por citar solo dos de sus filmes, se cuentan como perfectos artilugios zemanianos. Al margen de los recursos técnicos presentes en cada película de Gilliam, existe un inevitable nexo de unión entre su excéntrico universo y el de Karel Zeman, esa coincidencia viene determinada por la condición espectacular, feérica y alambicada de la grandilocuencia visual que ambos comparten.
Verne y vuelta a los orígenes.
No es extraño que Zeman volviera a recurrir a Julio Verne para sus futuros proyectos cinamatográficos, era un terreno en el que su imaginería hallaba los resortes narrativos más adecuados: el realizador adoraba la consciente ingenuidad que desprendían buena parte de sus obras, así como su extraordinario catálogo de inventos retrofuturistas (una inagotoble cantera de ideas para un maquetista virtuoso como Zeman).
Para El dirigible robado (Ukradena Vzducholod, 1967), Zeman adaptó la novela Dos años de vacaciones (4). En ella, cinco chicos llegan, tras partir de la Praga de finales del siglo XIX, a una isla desconocida a bordo de un dirigible. Toda la ciudad se moviliza para dar con ellos, y para su búsqueda se utilizan toda una serie de nuevos inventos como la telegrafía, el teléfono, motocicletas y toda una serie maquinas acordes a la inventiva técnica del Realizador: incluso aparecen elaboradísimos gadgets dignos de un filme tan excéntrico como Adventures Of Nick Carter (1972) de Paul Krasny.
La cometa (Na Comete, 1968), última adaptación de Verne, parte de una idea muy similar, y es que el talento del realizador está al servicio de una historia que relata la desaparición de un grupo de personas que son arrancadas de la tierra y transportadas a un cometa.
En ambos filmes, Zeman se esmera en el retrato de los personajes y en la confrontación de intereses, en el caso de El dirigible robado de un modo más primordial y con los personajes adultos de La cometa buscando un sentido crítico, de corte existencial, mucho más profundo. De cualquier modo, estos últimos trabajos dejaron entrever cierto desencanto en el discurso del realizador que era fiel reflejo de un estado de ánimo muy concreto respecto al presente de su carrera artística.
Tras este último periplo verniano, que dejó dos buenos filmes aunque alejados del virtuosismo acostumbrado, el director dio un postrer giro a su carrera con la idea preclara de volver a sus orígenes.
Habían pasado veinte años desde la realización de El tesoro de la isla del pájaro, pero la fijación de Zeman por los cuentos de hadas persas seguía intacta. Su siguiente largometraje sería Las mil y una noches (Pohadky tisice e Jedne Noci, 1974). El filme comprende seis aventuras de Simbad el marino: Las aventuras de Simbad el marino, El segundo viaje de Simbad el marino, La tierra de los gigantes, La montaña magnética, La alfombra voladora y El demonio domado. Zeman se esmera en dar mayor profundidad al dibujo, aunque desde el punto de vista técnico el diseño esté realizado en una sóla lámina, buscando de nuevo cierto paralelismo con los grabados persas que tanto le fascinan. Sus armas para tal cometido son una vez más la iluminación y el uso del color, a lo que habría que sumar la experiencia adquirida en los trucajes y el aguzado uso de la óptica en la estilizada orientación de la perspectiva de los decorados. El elemento artístico básico vuelve a ser la animación, y el filme es rico en situaciones y escenarios tales como jardines, palacios exóticos o paisajes marinos. “ Me gustan los cuentos de hadas, nos dan alegría y una visión del mundo más placentera, y para los niños son una fuente inestinguible de refinamiento del pensamiento, de provocación de la fantasía, de fortalecimiento de su sentido del bien y del mal, de la justicia y la injusticia.” (Zeman)
"1001 Nights"
El realizador, a pesar de retomar viejas fijaciones, siguó experimentando con la técnica hasta el último de sus trabajos, y en ese sentido su último filme, Krabat (Carodejuv ucen, 1977), es paradigmático. Este exótico precedente de Harry Potter concentra altas dosis de fantasía y magia. El héroe del filme, Krabat es un aprendiz de brujo que se dirime entre la lealtad a su amigo y el afán de conocimiento, su renuncia al “examen de mago” le procura una condición de reo, pero la lealtad a su amigo y el amor de una chica animan a Krabat a combatir el influjo de magia negra que domina la región. El filme, de una brillantez formal espectacular es un auténtico compendio de todas las técnicas utilizadas por el director al lo largo de su fructuosa carrera. Krabat obtuvo el gran premio en el Festival Internacional de Cine Infantil de Teherán.
Krabat (1977)
El último filme de la carrera como realizador de Karel Zeman fue The tale of John and Marie (Pohádka o Honzíkovi a Marence,1980).
The Tale of John and Mary
La obra de Karel Zeman, al igual que la de otros animadores checoslovacos del siglo XX como Jyri Trnka, Jan Svankmajer o Hermina Tyrlová, sería determinante, por su innovación técnica y por su particularidad temática en el futuro de la animación cinematográfica. Animadores contemporáneos como Tim Burton, Henry Selick, el finés Anders Rønnow Klarlund, el británico Nick Park, o el japonés Keitaro Motonaga han reconocido abiertamente la influencia de estos míticos animadores centroeuropeos, cuya particular sensibilidad les distancia de otros artistas más revolucionarios como Ray Harryhausen, el más grande creador de animales mitológicos que ha dado el cine o George Pal pionero en la técnica de substitución displacement (uso de modelos cuyas partes son directamente reemplazables).
Zeman utilizó para su forma de plasmar de las emociones nuevos procedimientos artísticos, desarrolló un nuevo lenguaje fílmico y descubrió nuevas posibilidades en la combinación de sus técnicas. A partir de su estatus de artista socialista, el realizador checo priorizó su voluntad transgresora y visionaria sirviéndose del cine fantástico para llevarlo hasta altas cuotas de sofistificación. Su legado de poesía, romanticismo y emoción va ligado a los más íntimos atributos que un día soñó para el ser humano. Su rigor y disciplina siempre estuvieron al servicio de sus sentimientos. Él entendía que sus espectadores niños debían soñar con un mundo mejor: por eso se erigió en el mejor constructor de juguetes que ha conocido el siglo XX. Su género, único, continúa a nuestro alcance.
The Hamster
1. Jyri Trnka (1912-1969), elaboraba el rostro de sus marionetas con gran multitud de detalles, especialmente en zonas expresivas como los ojos.Entre las creaciones más desctadas del marionetista, dibujante y animador checo cabe citar la serie que se centra en las aventuras de los personajes Spejbl y Hurvínek.
2. El filme, una gran superproducción rodada en los estudios UFA, es el primer filme rodado en color en Alemania. Debe su mala prensa a su financiación por parte del partido Nacional Socialista (no en vano este proyecto fue durante años un auténtico capricho de estado, y una obsesión para el ministro de propaganda Josef Goebels), todo y con ello, la cinta tiene considerables aciertos estéticos y aún, hoy en día, resulta todo un festín para los ojos.
3. Todo aquel que haya visto el making of de un filme cuyos decorados son íntegramente infográficos entenderá la dificultad a la que están sometidos los actores. Por ejemplo, en el filme Sky Captain y el mundo del mañana (Sky Captain and the World of Tomorrow, 2005) de Kerry Conran, los movimientos de los actores eran previamente marcados en el suelo y se captabala atención y se dirigía sus miradas mediante globos de colores. Estos, entre otros métodos de rodaje dan buena medida de la dificultad de rodar un filme sin decorados.
4. Dos Años De Vacaciones. Autor: Julio Verne. Editorial: Rialp.
Lecturas recomendadas:
Dossier: Zarel Zeman. 27 Certamen Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao 1985. Autora: Marie Bensová
Artículo publicado en Judex por Luis Rueda
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